En el
País Semanal del domingo, realizaron un reportaje sobre el "Bendito amanecer" de cuatro mujeres, entre ellas, Natalia.
Y así, los recibió, tan bella como un milagro. Desnuda. Envuelta en sábanas blancas. Desperezándose en el dormitorio de su vivienda del centro de Madrid. "Me gustaría poder dormir mucho, por eso me levanto siempre muy despistada. Amanezco así. Sólo uso perfume para dormir, como Marilyn", confesará después junto a un café humeante y una tostada de pan de arándanos.
En la memoria de esta actriz, nacida en Argentina en 1975, persiste imborrable el primer amanecer que contempló con ocho años en la vivienda familiar Buenos Aires. A los once se trasladó con sus padres a Madrid, "en busca de un futuro mejor". En 2001 comenzó a cautivarnos con papeles en películas como El hijo de la novia o El otro lado de la cama (2002). Continuó conquistando audiencias en series como Los Serrano(Telecinco) o, en la actualidad, Doctor Mateo (Antena 3), que en febrero comienza el rodaje de su tercera temporada. "Hasta entonces quiero irme de vacaciones. Muy lejos, más que nada por el anonimato".
-¿La televisión es un buen antídoto para la crisis?-Con trabajo se lleva mejor la crisis. Ésta es mi cuarta serie. Y es difícil tener un lugar en todos los medios. Hay actores de cine que no funcionan en la televisión, o actores de televisión que no funcionan en el cine... Me siento privilegiada por rendir en ambos sitios.
-¿Cree que el papel de su vida aún está por llegar, ese que encumbra una carrera?-Sí, imagino que sí. No ha llegado. Tendrá que llegar..., si llega [risas]. No es algo que me obsesione.
-¿Cómo es el amanecer junto a un torero?-[Carcajada]. Pues... Imagino que co-mo... Es que no me gusta entrar en... Pero bien, muy bien. Mu bonito.
-¿No hay trajes de luces alrededor?-No, no. No hay sangría... [Risas].
-¿Cómo se convive con el miedo?-Te acostumbras. Como todo. Te acostumbras al miedo. Vives con él.
La actriz responde lacónica ante algo de lo que no le gusta hablar: su relación sentimental con el matador de toros Miguel Abellán. Con lo que sí disfruta es charlando sobre la actuación. "No sé hacer otra cosa. Me gustaría dedicar toda la vida a esto". Teatro: asignatura pendiente, al menos en España (ha interpretado Shakespeare en Inglaterra), "aunque no creo que sea necesario subirse a las tablas para ser más actor". Desde que acabó la segunda temporada de Doctor Mateo reparte el tiempo entre sus clases de inglés y francés y el gimnasio. Tras un desayuno frugal se marcha, con los ojos ocultos bajo unas enormes gafas de sol, hacia una cita con su entrenador físico para seguir cultivando un cuerpo de cine.